Tijuana: Un faro de esperanza para refugiados y migrantes gracias al Centro de Multiservicios

El pasado 26 de enero, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Comisión Mexicana de ayuda al refugiado (COMAR), y el Proyecto Salesiano Tijuana (PST), refrendaron el compromiso de continuar el trabajo en conjunto a favor de las personas en situación de movilidad humana y refugio en la ciudad fronteriza de Tijuana, donde, desde hace 3 años, se ha consolidado un centro con varios servicios para aquellas personas refugiadas y migrantes que continuamente llegan a esta ciudad.

Este espacio se ha denominado “Centro de Multiservicios” el cual, actualmente, cuenta con oficinas del gobierno mexicano (para poder tramitar la visa de refugiado en México), asesoría por parte de ACNUR, la presencia de varias asociaciones civiles que ofrecen asesoría legal, atención a niñas y niños, consultas médicas gratuitas y, a partir de este año, se suma el Sistema Nacional de Empleo (SNE) para todo aquel migrante, solicitante de refugio o miembro de la comunidad que desee obtener un empleo formal.

La suma de esfuerzos en este espacio comunitario no tiene precedentes en México; el Centro es una respuesta fuerte y contundente de solidaridad y apoyo para todas las personas refugiadas, desplazadas y con necesidades de protección, por estas razones, ha sido valorado de forma muy positiva por la comunidad y, también, en espacios de debate internacional. Este modelo de trabajo en sinergia fue presentado en Foro Global Sobre los Refugiados, en Ginebra, en diciembre de 2023, donde se reconoció a nivel internacional el esfuerzo y la relevancia de este Centro de Multiservicios en Tijuana, no sólo por ser único hasta el momento, sino por contar con el apoyo y compromiso de múltiples actores entre organizaciones estatales, privadas y de la sociedad civil.

La alianza con el Proyecto Salesiano de Tijuana (PST) inició en el año 2021, en un diálogo con ACNUR y COMAR, con la finalidad de otorgar una mejor atención a las personas solicitantes de refugio que llegaban a esta ciudad fronteriza. Lo que empezó con sólo tres protagonistas fue sumando adeptos, tanto de otras organizaciones de gobierno, como de agencias internacionales y organismos de la sociedad civil. Hoy, podemos mencionar que, desde el año 2021 al término del 2023, se acompañó a 22,614 personas gracias a las más de 15 diferentes organizaciones que son parte de la propuesta.

Tijuana, ciudad de migrantes, siempre ha sido pionera en el trato y empatía hacia las personas en contexto de movilidad. Para el Proyecto Salesiano Tijuana, como parte de la comunidad salesiana en México, es parte de nuestra esencia el poder brindar espacios de acogida para proteger, promover e integrar a la comunidad migrante que llega a nuestras obras. Con ello, nos queremos sumar al llamado que hace la Congregación Salesiana de velar por la niñez, adolescencia y juventud en situación de vulnerabilidad, trabajando en red y adaptando nuestras instalaciones para ello. Nuestro ADN salesiano nos invita a salir al encuentro de esta población y brindarle espacios seguros para que puedan integrarse en nuestra sociedad y salir adelante.

Desde nuestros espacios, defendemos y promovemos con acciones los derechos de todas las personas, en especial, de aquellas más vulnerables, como son quienes se ven obligadas a salir de su lugar de origen, huyendo, sabiendo que nunca podrán regresar porque su vida, allí, corre peligro. Porque creemos en una ciudad y un mundo más justo, sin violencia y con oportunidades para todas las personas, hacemos redes con quienes ponen en el centro al ser humano y su dignidad. Como hijos de Don Bosco, la mirada y el trato amable son el elemento esencial para que sientan esa tranquilidad y esas ganas de comenzar de nuevo en un lugar diferente; por eso, nos alegra enormemente de ser los pioneros en Tijuana con el Centro de Multiservicios para las personas solicitantes de refugio.

Redacción:

Proyecto Salesiano Tijuana

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¡Nuevo año, nuevas metas! comprometiéndonos a ser agentes de cambio

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada en 1948, se enumera la dignidad antes que los derechos, en el Artículo 1:

Esto es así, porque la dignidad es la base de todos los derechos humanos.

En América, son 20 los países que hablan de dignidad en sus constituciones, ya sea en el preámbulo, como un fundamento, o como justificación de algunas de las disposiciones constitucionales.

Los derechos humanos deben ser siempre respetados, precisamente porque cada uno posee un valor intrínseco, para todas las personas, en todo momento y en todos los lugares.


Entonces, ¿qué hacer frente a las situaciones de vulnerabilidad?


FUENTES: Comparador de Constituciones del Mundo, Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2021.
Artículo 1: Libres e iguales en dignidad…, 30 artículos sobre los 30 artículos, Naciones Unidas, 2018.
Vulnerabilidad y solidaridad. Una concreción de la dignidad, Cristina Monereo Atienza, 2018

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Midiendo el cambio para transformar vidas

La importancia de la medición del impacto social en las obras sociales salesianas

«Yo llegué aquí hace más o menos 7 años, estaba en situación de consumo problemático, vivía en la calle y acababa de fallecer mi mamá (…) y me recibieron, así como dicen aquí: tomando la vida como viene» comenta Pedro, de 36 años, quien vive en el Hogar de Cristo en Zárate, Argentina. Como él, miles de personas comparten a diario sus historias, preocupaciones, anhelos y esperanzas en las obras sociales salesianas de América; por ello, es parte de nuestra misión tener una mejora continua de los procesos y proyectos que desarrollamos. En este sentido, deberíamos plantearnos preguntas como: ¿Qué cambios positivos se han logrado? ¿A quiénes hemos beneficiado? ¿En qué medida? ¿Qué parámetros nos indican que un/a participante de nuestra obra está en condiciones para insertarse en la sociedad?

En un mundo cada vez más enfocado en la responsabilidad social y el impacto que las organizaciones generan en la sociedad, la medición de impacto se ha convertido en una herramienta esencial para evaluar y comunicar el cambio positivo que se produce a través de diferentes acciones y proyectos.

El trabajo que realizan los salesianos responde a las necesidades específicas de las niñas, niños, adolescentes, jóvenes y familias de cada localidad. En el continente americano, son más de 180 obras sociales salesianas que acompañan los procesos de desarrollo de diversas poblaciones en situación de vulnerabilidad, y cada una de ellas lleva a cabo una propuesta educativa-pastoral propia. Según el Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana, es imperativo que, en estos espacios, se busque garantizar la práctica del sistema educativo de Don Bosco «para que los jóvenes superen el sufrimiento y la marginación; se incorporen al horizonte de una educación ética y de promoción de la persona, con el compromiso socio-político de una ciudadanía activa; se atiendan la educación y la defensa de los derechos de los menores, la lucha contra la injusticia y la construcción de la paz». Sin embargo, las diversas realidades y problemáticas sociales evolucionan con los años y los diferentes contextos socio políticos de cada país y, a la par, las necesidades de quienes vienen a compartir su vida y sus sueños en nuestras obras sociales, se transforman.

Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la medición del impacto social comprende el uso de técnicas y herramientas para evaluar y cuantificar el impacto social de una organización, proyecto o programa. Este proceso involucra la recolección de datos relevantes, la definición de indicadores de impacto social y el análisis de los resultados para comprender el cambio logrado. Esto permite a las organizaciones comprender mejor el alcance y las consecuencias de sus acciones, y mejorar su desempeño social a lo largo del tiempo. Para las obras sociales salesianas, es fundamental realizar estos procesos de forma constante para evaluar su efectividad, identificar áreas de mejora y desarrollar nuevas herramientas que respondan a necesidades reales. Esto ofrece una serie de beneficios tanto para las obras sociales como para la sociedad en general. Algunos de ellos son:

  • La medición de impacto social proporciona datos y evidencia sólida que respalda la toma de decisiones basadas en hechos. Permite asignar recursos de manera más efectiva y priorizar aquellas actividades que generan un mayor impacto.
  • Permite a las obras sociales ser transparentes en cuanto a sus objetivos, resultados y procesos. Esto fortalece la confianza de los stakeholders y aumenta la credibilidad en el trabajo que se realiza a través de las rendiciones de cuentas.
  • Es determinante para atraer posibles inversores y donantes que buscan maximizar el impacto de sus recursos. Las obras que pueden demostrar y comunicar su impacto social de manera efectiva tienen más posibilidades de atraer financiamiento y apoyo.
  • Se obtienen insumos para identificar áreas de mejora y aprender de las experiencias. Esto permite ajustar estrategias y programas para lograr un mayor impacto en el futuro.

Como Red América Social Salesiana (RASS), consideramos importante continuar promoviendo y fortaleciendo la medición del impacto social en nuestras obras sociales, ya que esto permitirá el diseño y la implementación de programas más efectivos y eficientes, asegurando así un mayor bienestar para nuestras niñas, niños, adolescentes, jóvenes y sus familias. Esto implica, a su vez, una capacitación constante del personal, de los equipos técnicos y de quienes están en contacto con las poblaciones atendidas, así como la implementación de herramientas y de procesos de análisis crítico que nos den una visión de hacia dónde queremos ir como comunidad educativa pastoral y como sociedad.

Somos el legado de Don Bosco, tenemos el llamado de hacer sostenible en el tiempo la misión que él nos ha encomendado y esto solo es posible si nos evaluamos constantemente, buscando en cada logro o fallo aquello que nos permita mejorar. «Esperanza me da el saber que en el mañana siempre hay algo nuevo (…) que sí se puede, pero hay que seguir luchando» asegura Pedro, quien, con el tiempo, ha aprendido que con poco se puede hacer mucho. Ahora, ha encontrado sentido a su vida y es uno de los internos que colabora preparando alimentos para la comunidad, reparando el dolor de su historia con el servicio a los demás.

FUENTES:

Social Impact Measurement, OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). (2018).

La Pastoral Juvenil Salesiana, Cuadro de Referencia. Dicasterio para la Pastoral Juvenil Salesiana. (2014).

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Salesianos presentes en el foro político de alto nivel de las Naciones Unidas

El Foro Político de Alto Nivel, también denominado HLPF (por sus siglas en inglés), se llevó a cabo del 5 al 15 de julio, en Nueva York. El tema de este año fue «Reconstruir mejor a partir de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) mientras se avanza en la implementación total de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible»; en el que se realizó una revisión profunda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Educación de Calidad (ODS4), Igualdad de Género (ODS5), Vida Submarina (ODS14), Ecosistemas Terrestres (ODS15) y Alianzas para lograr los objetivos (ODS17).

Como parte del HLPF, los salesianos fuimos organizadores del evento “Invertir en el Objetivo del Desarrollo Sostenible 4.7: Fortalecer el poder transformador de la educación”, en él participaron personas de varias instituciones y desde diferentes partes del mundo.
Este foro abordó la necesidad crítica de una educación holística centrada en la meta 7 del ODS 4, de la mano de panelistas expertos y los comentarios de apertura del P. Miguel Ángel García, sdb.

Mira el evento siguiendo al siguiente link

Durante el congreso, se resaltó la importancia de potenciar el encuentro, fortalecer el diálogo político y la cooperación internacional y regional para un desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente. Específicamente, para América Latina, se remarcó que es imprescindible impulsar la paz, tratar las grandes asimetrías y comprometernos, tanto los organismos gubernamentales como la sociedad civil, con la implementación efectiva de la agenda 2030.
Para alcanzar el ODS 4, Educación de Calidad, se habló de la importancia de empoderar a la juventud para defender la transparencia, la integridad y la lucha contra la corrupción como punto central. También, se hizo un llamado a promover, desde la investigación, soluciones sostenibles para el bienestar del planeta y de todos sus habitantes.

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¡Que nadie quede fuera!

Los desafíos del sector social en América desde el enfoque de la Iglesia, los Organismos Internacionales y la Congregación Salesiana

En el marco del XV Encuentro Continental de la RASS, y de la construcción de nuestra planificación estratégica 2022 – 2026, nos planteamos analizar los retos que proponen la Iglesia, los Organismos Internacionales y la Congregación Salesiana con respecto al sector social. Para ello, contamos con tres ponencias magistrales impartidas por Saúl Pérez (Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana – IMDOSOC), Elena Proden (Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y la Investigación – UNITAR) y Hno. Fernando Saade (Inspectoría Argentina Norte). Sus reflexiones nos invitaron a pensar más allá de nuestras realidades, a salir al encuentro de las mismas con respuestas concretas y a luchar por una América donde «nadie quede fuera».

Enfoque social desde la Iglesia: «Hacer de la política la forma más alta de caridad» (Saúl Pérez, IMDOSOC)

El Papa Francisco, a través de sus encíclicas sociales, nos deja en claro que enfrentamos una crisis socioambiental que contempla dos elementos:

  • La cultura del descarte: la problemática no es solamente la pobreza, la explotación o la discriminación, sino que las personas son excluidas e invisibilizadas en su totalidad, quedando fuera del sistema.
  • El cuidado de la casa común: el atender la crisis ambiental debe implicar también una respuesta a las consecuencias sociales que ésta conlleva.

Como Iglesia, nos plantea tres retos concretos. El primero, es ir más allá y no quedarnos en el asistencialismo, sino, luchar por una solidaridad que transforme la política; comprender que aquello que resolvemos, en cuanto a necesidades básicas de quienes viven en situaciones de vulnerabilidad, es un acto de justicia social que reivindica el cumplimiento de sus derechos. Como cristianos, es crucial que podamos mirar la realidad, denunciarla y comprometernos a transformarla.

Otro de los retos que nos propone el Papa es la sinodalidad. Nos plantea modelos horizontales para una Iglesia nueva, con una participación comunitaria basada en la escucha y la promoción de liderazgos locales.

Y, en tercer lugar, nos desafía a materializar una «amistad social» a través de la cual entendamos que vivimos en sociedades plurales, donde es necesario mirar la diversidad en todas sus formas, sin fanatismos ni lógicas cerradas que solo fragmentan a la sociedad.

Enfoque social desde los organismos internacionales: Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la trasformación mundial (Elena Proden, UNITAR)

Una de las definiciones más frecuentes que describe el desarrollo sostenible es la del informe de Brundtland, del año 1987: «es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades». Se centra en la visión a largo plazo, previendo cómo van a afectar nuestras acciones actuales en el futuro, específicamente, las políticas que se diseñen y el tipo de impacto que tendrán. Con este fin, la Organización de las Naciones Unidas propone los 17 objetivos universales que promueven un acercamiento equilibrado e integral para la implementación de las 3 dimensiones del desarrollo sostenible: social, ambiental y económica.

Uno de los principios más importantes de los ODS es el de «no dejar nadie atrás», ya que se considera esencial la inclusión de los grupos poblacionales marginados, alienados y en situación de vulnerabilidad, y para ello, es necesaria una distribución equitativa de recursos para lograr la igualdad de resultados. En este sentido, cada Nación y Estado debe determinar las acciones y políticas que lleven al cumplimiento de lo estipulado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también los ciudadanos y, en especial, los organismos de la sociedad civil, pueden contribuir al monitoreo de los mismos.

Enfoque social desde la Congregación Salesiana: El sector social como lo más genuino del corazón de Don Bosco (Hno. Fernando Saade, Inspectoría ARN)

Los últimos Capítulos Generales han resaltado la importancia de priorizar nuestra atención en el sector social desde varias reflexiones y llamados a la acción.  Diariamente, y alrededor del mundo, nos encontramos con los rostros de la niñez y juventud empobrecida que nos provoca y nos convoca a estar disponibles al servicio, a tener la valentía para dar el paso comunitario de acercarnos y a responder con creatividad.

Como salesianos, estamos llamados a comprometernos con la justicia, el bien común y la responsabilidad ecológica. La defensa de los derechos humanos es parte esencial del Sistema Preventivo de Don Bosco, que implica, además, una mirada crítica ante las diversas realidades de pobreza, marginación y violencia a las que se enfrentan las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

En función de dar una respuesta concreta a estas problemáticas, es necesario tomar una «opción radical, preferencial, personal, institucional y estructural» en favor de la niñez y juventud en situación de vulnerabilidad; ya que esta «prioridad absoluta» es la única manera de renovar el carisma salesiano. Pero esto, en sí mismo, conlleva una serie de desafíos a los que debemos dar respuesta:

  • Estar disponibles al cambio y formarnos teniendo en cuenta las nuevas realidades.
  • Reconocer el valor de las juventudes y sumarlas como protagonistas en la transformación social y eclesial.
  • Ponernos del lado de quienes están excluidos, acogiendo con amabilidad a las personas: entendiendo su vida e historia, sin imponer criterios, mirando con amor a quienes se les ha visto siempre con desprecio.
  • Compartir la misión, comprender que el Carisma es del Espíritu, no únicamente propio de las personas consagradas.
  • Crear puentes entre las diversas realidades que atendemos, no segmentar ni generar dobles itinerarios dentro de las comunidades educativo pastorales, mucho menos si es por cuestiones de clase o posición social.
  • Trabajar en red y hacer alianzas de trabajo compartido. Con humildad, reconocernos como uno más en la construcción del reino de Dios. 

Si bien, cada reflexión lleva su propio enfoque social, todas convergen en el mismo fin: dar respuesta a las necesidades de las poblaciones en situación de vulnerabilidad, ser valientes y dar el paso a una transformación social basada en la justicia, y trabajar en unidad a través de procesos de liderazgo y horizontalidad.

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¡Queremos una vida digna!

#ErradiquemosLaPobreza

En la actualidad, alrededor del 33% de la población en América vive con menos de 2 dólares al día y el desempleo ha aumentado al 10,7% de la población económicamente activa, disminuyendo la participación laboral principalmente de mujeres, trabajadores informales, jóvenes y migrantes. Además, las brechas de pobreza persisten en áreas rurales, pueblos indígenas, afrodescendientes y la niñez. Esta desigualdad social afecta drásticamente al acceso a oportunidades y el ejercicio de los derechos de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

La pobreza es una condición multidimensional que imposibilita el desarrollo humano integral y sostenible, generando exclusión social. Según el Informe de Índice de Pobreza Multidimensional Global (2021), millones de personas sufren privaciones tales como la falta de escolarización, dificultad para acceder al agua potable, subalimentación, carencia de electricidad, exposición a combustibles sólidos para cocinar, saneamiento no adecuado, sin vivienda, etc. A nivel mundial, alrededor de la mitad de personas que viven en condiciones de pobreza tienen menos de 18 años, esto quiere decir que 1 de cada 3 niños y niñas en el mundo vive en condiciones de precariedad en salud, educación y nivel de vida.

En Latinoamérica, la pandemia de la COVID – 19 ha agravado este fenómeno debido al hacinamiento, la densidad poblacional, la falta de acceso a servicios básicos, el cierre de escuelas, la desigualdad en las condiciones de la educación en línea, el desempleo y la desprotección social. Estos factores de riesgo han aumentado los niveles de pobreza al punto de considerarse que, como región, hemos retrocedido 12 años en pobreza y 20 años en pobreza extrema.

La respuesta salesiana

Como Salesianos, damos respuesta a las situaciones de vulnerabilidad generadas por la pobreza en 134 países alrededor del mundo. El P. Hugo Orozco, sdb y Regional para Interamérica, comenta que «la pobreza no es una realidad que existe por sí misma (…) nos corresponde no sólo sufrirla como si no pudiéramos hacer nada, sino identificarla y encontrar caminos diferentes que permitan cambiarla». En este sentido, y desde las obras, programas y servicios salesianos de los 22 países de América que son parte de la Red América Social Salesiana, brindamos atención preventiva y de contención a la niñez, adolescencia, juventud y sus familias, con el fin de contribuir su desarrollo integral, tal y como lo hizo Don Bosco en su tiempo. Entre los servicios que se ofertan encontramos:

  • Acogida institucional
  • Asesoría legal
  • Atención psicosocial
  • Acompañamiento familiar, espiritual
  • Reinserción y refuerzo escolar
  • Servicio médico
  • Capacitaciones e inserción laboral
  • Actividades deportivas, recreativas y culturales
  • Revalidación de estudios a personas adultas
  • Espacios lúdicos
  • Desarrollo de habilidades sociales

¡Manos a la obra!

Para contribuir a la erradicación de la pobreza es necesario que, como naciones, caminemos hacia un Estado que promueva y garantice sistemas de protección social universales, integrales y sostenibles. Se deben articular medidas sanitarias, sociales y económicas que permitan cerrar las brechas estructurales de pobreza y, en este mundo digitalizado, buscar la universalización de las tecnologías y el acceso a internet.

A nivel personal, tenemos el llamado a abrir nuestro corazón y nuestros ojos ante las condiciones que marginan y vulneran los derechos de las personas. Busquemos tener una mirada más crítica frente a esta realidad y, desde nuestros contextos, vivir de forma concreta el evangelio a través de la defensa de la dignidad humana y la denuncia continua de estas situaciones de desigualdad.

Mira la reflexión completa del P. Hugo Orozco, sdb, dale clic aquí.

FUENTES:

Panorama social América Latina y el Caribe (CEPAL, 2021)

Índice de pobreza multidimensional global 2021 (PNUD & OPHI, 2021)

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